Mes dedicado a la Santísima Virgen María
“La devoción y el amor a María Santísima es una gran protección y un arma poderosa contra las asechanzas del demonio”. San Juan Bosco, gran propagador de la devoción a María Auxiliadora.
Podemos encontrar las Diez Virtudes Evangélicas de la Santísima Virgen María en los Evangelios. En estos, se presenta a la Santísima Virgen María como un modelo evangélico para toda la Iglesia:
1.Purísima
2.Prudentísima
3.Humildísima
4.Fidelísima
5.Piadosísima
6.Obendientísima
7.Pobrísima
8.Pacientísima
9.Misericordiosísima
10.Dolorosísima
Ciertamente, los primeros cristianos, según reflexionaban sobre estos pasajes del Evangelio, habrán mirado a María como su modelo de amor y servicio por excelencia.
Los relatos de su infancia en los primeros capítulos de los Evangelios de San Mateo y San Lucas son particularmente ilustrativos de su carácter virtuoso como Madre de nuestro Señor.
Un ejemplo para nosotros
Pero, ¿cómo fue vista la Madre de nuestro Señor por los primeros seguidores de su Hijo Resucitado?
Seguramente, ella habrá sido vista a la luz de la plenitud de las gracias derramadas sobre ella como quien reflejaba la misma imagen de Dios Padre. Los cristianos percibían en la Madre Santísima al Eterno de quien provenía Jesús no sólo físicamente, sino espiritualmente.
María fue la primera en creer y la primera en ser redimida. Ella demostró a través de su fiel obediencia a Dios y a sus leyes que ella realmente amaba a Dios como su Padre.
El hecho inspirador es que las virtudes de María tienen un significado singular para cada uno de nosotros como miembros de la Iglesia. Como Madre de la Iglesia y miembro preeminente, nos enseñó a nosotros, los demás miembros, cómo seguir más cercanamente a su Hijo.